Después de varios meses de una quietud cómoda, escribo. Hay muchas cosas que reflexionar. La vida política y su coherencia entre lo que se dice y se hace. La constante batalla de solicitar que el mundo se divida entre blanco o negro. Que las ideas se ubiquen a la derecha o a la izquierda, sin respetar que quizás no desean estar en ningún bando. El agotamiento del espíritu humano, que observa que las reformas estructurales no llegan a los servicios públicos, a la misma velocidad el país lo requiere. Sin embargo, toca nuevamente elecciones y el país va analizando, discutiendo y pocas veces resolviendo los temas coyunturales y de vital importancia como el agua, la tierra, la formación académica, el poner a los más capaces en la dirección, en fin .... Ojalá los candidatos esta vez hablen de cosas importantes y topen temas trascendentales. A pesar de este pesimismo contenido, aún sigo con esperanza de ver mejores días. Creo que cada gobernante de turno desea lo mejor, pero en e...