Freud Cáceres Aucatoma

Esta es una frase muy repetida. Ahora con el nuevo ciclo que se observa en la Asamblea de las Naciones Unidas (ONU), creemos que otro mundo es posible, con más compromisos. Estas palabras no resultan novedosas, ¿verdad?. Ojala esta década las palabras se transformen en hechos. No pecaré de pesimista. Pero algo esta cambiando. La gran potencia del norte, esta dando señales positivas de este principio. Mencionare algunas para refrescar la memoria: apoyo a la democracia en Honduras, apertura al multilateralismo, extender una mano al Islam moderado, abrir el debate sanitario en USA, creer que se pueda trazar una hoja de ruta entre Israel y Palestina, pensar que debe haber un Estado Palestino, entre otros ejemplos. Sin embargo, aún falta por ofrecer hechos más pragmáticos como: reducción de armas y contaminación, reducción de la pobreza, hambre, Malaria y VIH, erradicación del tráfico de personas, respeto al medio ambiente y reformas de los organismos internacionales como el Consejo de Seg

Se visualiza con claridad una guerra entre la libertad de expresión y la imposición. Esta claro que la prensa escrita y audiovisual debe cumplir principios éticos y de responsabilidad sobre sus publicaciones. Sí, así no lo hace existe el dialogo para corregir errores. No siempre aceptados. Alguien debe dar el primer paso y dejar la arrogancia de por medio para dar paso al tacto, el talante y la tolerancia. La libertad de expresión siempre debe ser a dos bandas. Por un lado el Estado debe informar y respetar. Y por otro lado los medios de comunicación tienen que canalizar, opinar, resaltar, sugerir y respetar la palabra que tanto defienden. Siguiendo con esta línea de opinión, la imposición puede venir del Estado. Al creer que todo debe ser único, por el bien del pueblo. Y por el otro lado esta imposición puede venir de los medios de comunicación para contarnos una verdad a medias. De cualquier forma, esta visión de tener la razón absoluta es la que produce un enfrentamiento en el &qu