América latina tiene a Robespierre

Maximilien François Marie Isidore de Robespierre, célebre político, padre de la patria y la revolución francesa, apodado "El incorruptible", co-autor de la declaración de derechos del hombre y ciudadano y uno de los miembros del Comité de Salud Pública. Hasta aquí parece el perfil de un libertador, honesto, idealista y con ánimo de establecer un nuevo orden ciudadano.

Sin embargo la historia esta para contarla y de vez en cuando recordarla. No dudo de la nobleza de Robespierre, que buscó, lucho y ejecutó a toda costa, hasta con su vida, el bienestar de la República. Muere por la guillotina en 1794 después de instaurar el reinado del terror.

A los lectores, como a este bloggero, causa confusión la personalidad de Robespierre. Dejare dos inquietudes para que Ustedes, respondan:

-¿Cómo puede ser padre de la revolución y rey del terror?
-¿Por qué utilizar la guillotina con sus enemigos políticos, a pesar de ser contrario a la pena de muerte?

Este político francés trato de imponer su ideal de república democrática y virtuosa. La propuesta republicana de Robespierre asumía los valores de la Ilustración y los desarrollaba políticamente en la práctica, coronándola espiritualmente con la institución del Culto al Ser Supremo.

El periodo del Terror supuso la muerte en la guillotina de miles de personas, muchas de ellas obreros y campesinos, pero sobre todo fue un símbolo de ruptura total con el pasado absolutista y la monarquía. Robespierre había sido un firme partidario de la abolición de la pena de muerte, pero su percepción se modificó al asumir la obligación de defender la República de sus enemigos, llegando a considerar que estaba justificada, siempre y cuando el ejecutado fuese un "enemigo".

"La teoría del gobierno revolucionario es tan nueva como la revolución que la ha traído. No hay que buscarla en los libros de los escritores políticos, que no han visto en absoluto esta Revolución, ni en las leyes de los tiranos que contentos con abusar de su poder, se ocupan poco de buscar la legitimidad; esta palabra no es para la aristocracia más que un asunto de terror; para los tiranos, un escándalo; para mucha gente un enigma. El principio del gobierno constitucional es conservar la República; la del gobierno revolucionario es fundarla. El gobierno constitucional se ocupa principalmente de la libertad civil; y el gobierno revolucionario de la libertad pública. Bajo el régimen constitucional es suficiente con proteger a los individuos de los abusos del poder público; bajo el régimen revolucionario, el propio poder público está obligado a defenderse contra todas las facciones que le ataquen. El gobierno revolucionario debe a los buenos ciudadanos toda la protección nacional; a los enemigos del pueblo no les debe sino la muerte".
*Robespierre, La teoría del gobierno revolucionario

En América Latina, cada país tiene un Robespierre bajo al sombra, sin embargo en algunos Estados se manifiesta con claridad absoluta (Castro, Chávez, Ortega, Micheletti) sin descuidar que otros Estados pueden ir por el mismo camino si no, se rectifica y modera la práctica política.

Creo que no se justifica de ninguna manera el llegar a extremos irracionales por salvar una forma de pensar o su propia manera de observar la realidad. El desconocer los cambios sociales y culturales de estos gobiernos, donde el ser humano pesa más que el poder económico es un discurso retórico y populista. Pero volviendo a esta reflexión histórica, la libertad y la vida no tienen precio alguno. Por si no lo recuerdan revolucionarios del mundo...libertad, respeto, igualdad, solidaridad y vida son los pilares de una auténtica revolución.

* Este artículo toma algunas ideas de la publicación de Tafalla, Joan, Robespierre: virtud republicana y capacidad política, revista El viejo Topo, nº 205-206,abril 2005.

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